Con música de Léo Delibes, Arthur Saint-Léon es el coreógrafo que crea el ballet Coppélia retomado aquí por Patrice Bart. El libreto de Charles-Louis-Étienne Nuitter se basa en el relato de E.T.A. Hoffmann El hombre de arena.
Argumento
Frantz no cesa de observar el dibujo de Coppélia que Spalanzani le ha dado. No sabe que Coppélia es una muñeca mecánica fabricada por el extraño doctor Coppelius. Se enamora perdidamente de ella y abandona a su novia, Swanilda. Celosa e intrigada por Coppelius, esta se introduce en el taller del doctor. Allí descubre sus numerosos autómatas y la verdadera naturaleza de Coppélia. El doctor parece estar locamente enamorado de su creación. Swanilda le divierte imitando a sus muñecas, baila sin parar. Coppelius bebe alcohol y fuma opio observando a la joven. Entonces su muñeca cobra vida como por arte de magia – Swanilda ha ocupado su lugar. Swanilda baila, su ballet se vuelve vertiginoso. Cuando Coppelius intenta que beba un brebaje, se asusta e intenta huir. El doctor Coppelius quiere apoderarse de su alma y utilizarla para dar vida a Coppélia de verdad. Frantz interviene y salva a Swanilda. Se escapa con él. El ballet termina con un magnífico paso a dos de Frantz y Swanilda.
La puesta en escena
Muchos coreógrafos han dado su visión de la coreografía de Arthur Saint-Léon: Marius Petipa en 1884, George Balanchine en 1974, Roland Petit en 1975 y Patrice Bart a finales de los años 1990. Esta última coreografía es la que podemos admirar aquí. Bart confiere una nueva profundidad a la obra original. Alumbra un Coppelius inédito. El doctor ya no es un viejo sabio loco, es un hombre con un encanto maduro envuelto en la dulzura de una nube de opio. Hecho a medida para José Martínez, fascina. La bella Dorothée Gilbert, en el papel de Swanilda, despliega tesoros de seducción. Acompañada de las piruetas de Mathias Heymann (en el papel de Frantz), gira sin cesar. El vestuario recuerda a las pinturas de Degas que tanto le gustan a Bart. De hecho, el coreógrafo le ha dedicado un ballet La Petite Danseuse de Degas (también disponible en medici.tv). La escenografía, magnífica y oscura, resalta a la luminosa Swanilda y la soberbia música de Delibes.
Fotografía: © Sebastien Mathé.
