Este ballet de Patrice Bart, maestro de ballet asociado a la Dirección de la Danza de la Ópera de París de 1987 a 2011, pone en escena a la pequeña bailarina de catorce años a la que Edgar Degas hacía posar para sus lienzos, y que sirvió de modelo para la escultura expuesta en el Museo de Orsay, La pequeña bailarina de catorce años. Cuando, a finales de la década de 1990, el Museo de Orsay confió la restauración del tutú de la estatuilla de cera a los talleres de costura de la Ópera de París, Martine Kahane, directora del Centro Nacional Vestuario de Escena, tuvo la idea de este ballet...
El universo de este ballet, tiernamente vinculado al de la compañía de danza de la Ópera Nacional de París –como las propias obras de Degas– presenta la coreografía en su totalidad como una imbricación de narraciones: los bailarines interpretan a la vez los personajes de Patrice Bart y sus propios papeles... O, al menos, los papeles que asumían antaño cuando eran alumnos de la Escuela de la Ópera de París. La escenografía de Ezio Toffolutti, por su parte, se inspira en la arquitectura del Palais Garnier –que en ocasiones reproduce de manera idéntica–.
La historia de esta pequeña bailarina es trágica. Marie Van Goethem, hija de una lavandera, huérfana de padre, lleva a su casa el dinero que obtiene bailando, posando para pintores y prostituyéndose bajo las órdenes de su madre... por lo que la expulsarán de la escuela de danza.
