Se trata de una de las piezas clave de la literatura para piano. Las treinta y dos sonatas para piano de Beethoven se cuentan entre las obras más célebres del repertorio clásico, hasta el punto que varias de ellas son conocidas entre el público no aficionado. No hay ningún recopilatorio de música clásica que salga a la venta para el gran público y que no incluya el primer movimiento de Claro de luna, y el Adagio cantabile de la «Patética» se ha empleado repetidas veces en publicidad. El siglo XX generó numerosos pianistas fascinados por esta inmensa obra, y los más legendarios de entre ellos la grabaron. Sobresalen Claudio Arrau, Maurizio Pollini, Wilhelm Backhaus, Paul Badura-Skoda, Alfred Brendel, Aldo Ciccolini, Wilhelm Kempff y Daniel Barenboim.
Leer más