Cada año, conforme se acerca el calor del verano, Austria se prepara para uno de los momentos más esperados en su calendario musical: el Concierto de una noche de verano de la Filarmónica de Viena. Esta tradición, inaugurada en 2004, conjunta al prestigioso ensamble con los solistas más aclamados del mundo frente a una audiencia de más de 100,000 personas reunida en los idílicos jardines del famoso Palacio de Schönbrunn, catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
En 2012, Gustavo Dudamel vuelca toda su energía electrizante desde el podio y al frente de la fabulosa orquesta vienesa en un programa dedicado al tema de la mar y a la danza. El ensamble abre el concierto con la «Polonesa» de la ópera Eugene Onegin de Chaikovski, seguida de otros dos momentos rusos con música de Músorgski y Borodin. Enseguida, el mar mismo dibujado por Debussy en su exquisita partitura La Mer, vívida y melódica, hace su aparición. Cierra este evento mágico con danzas varias de Strauss y Ponchielli, seguidas por encores infaltables de Giménez y Johann Strauss II.
Fotografíao © Richard Schuster