Este fabuloso recital de sir András Schiff en la Residencia de Múnich destaca el profundo lirismo y la cautivadora delicadeza de los Cuatro impromptus, D. 935 de Schubert, publicados post mortem. Cada una de estas piezas suaves y melancólicas se develan elegantemente a través del juego matizado del pianista, quien hace hábilmente aparecer todas las sutilezas expresivas de la partitura. El Allegro moderato como apertura, en forma de sonata rapsódica, es un reflejo del alma de Schubert. Continúa un segundo impromptu más ligero y mesurado, después la famosa pieza conocida como «Rosamunde», que da lugar al Allegro scherzando final, ¡fantasía virtuosa y llena de brío!