John Nelson demuestra su amor por Beethoven
En el magnífico auditorio de la Fundación Gulbenkian, todo de madera, en Lisboa, John Nelson dirige la única misa de Beethoven. Obra de proporciones gigantescas, la Missa Solemnis, compuesta para el Archiduque Rodolfo, es una obra concebida en el sufrimiento. Beethoven, ya totalmente sordo, acaba de perder a su hermano. Si el compositor confiesa su deseo de suicidio, la energía de componer será más fuerte. La Missa Solemnis da testimonio de esta renovación. Concebida después de la famosa sonata Hammerklavier, la obra explora territorios nuevos, sonoridades inusuales, estructuras sólidas y bien armadas.
Con las manos desnudas, con una energía contagiosa y un sentido innato de la forma, John Nelson —beethoveniano desde hace tiempo— ofrece una lectura conmovedora de esta vasta liturgia. Entre explosiones corales, recogimiento místico o equilibrio clásico, esta es una versión arrebatada de una de las obras maestras del compositor del Himno de la alegría.
Chamber Orchestra of Europe, Gulbenkian Choir
Conjunto orquestal de París, con Ruth Ziesak, J...
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