Mendelssohn era un dibujante y acuarelista con mucho talento. Dibujo y pintó toda su vida, y como visitó Escocia e Italia en un momento en el que la fotografía todavía no se había inventado, dibujó sus lugares favoritos para recordarlos mejor. También los inmortalizó en música. Visitó Escocia en 1829, cuando tenía veinte años, y fue en el castillo de Holyrood, mientras contemplaba los apartamentos de la Reina María de Escocia, donde surgió su Sinfonía «escocesa». Paradójicamente, él, que componía con mucha espontaneidad y facilidad, tardó trece años en terminar su obra.
Charles Munch y la Orquesta Sinfónica de Boston grabaron famosas interpretaciones de las tres últimas Sinfonías de Felix Mendelssohn para RCA Victor que permanecieron en el mercado durante más de cincuenta años, por lo que resulta sorprendente que la música de este compositor no haya figurado más a menudo de lo que cabría esperar en el repertorio que Munch dirigió con la Orquesta Sinfónica de Boston mientras fue su director musical.
Debemos a Munch famosas grabaciones de las tres últimas sinfonías de Mendelssohn con su orquesta y, por supuesto, dirigió las tres en concierto, pero no muy a menudo —la n.° 3, la «Escocesa», nueve veces en una sola temporada (varias de ellas de gira); la n.° 4, la «Italiana», dieciséis veces en dos temporadas—. Dirigió la n.° 5, la «Reforma», más a menudo que las demás (veintidós veces en tres temporadas), y es aparentemente la única obra sinfónica de Mendelssohn que grabó con una orquesta que no fuera la Orquesta Sinfónica de Boston.
Fuente: Richard Dyer / ICA
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