Con Mystère de l'instant, Dutilleux explota las posibilidades de la orquesta de cuerdas en diversas direcciones: ya sea subdividiendo al ensamble en un gran número de partes distintas o, al contrario, reuniéndolas todas en unísono, pero también como textura de fondo para solos de violín, viola o contrabajo, o ensamblando diversas combinaciones de instrumentos, sin dejar de lado a los otros dos grandes protagonistas eventuales de esta pieza: el címbalo y los timbales. Como en otras obras clave de la música contemporánea, en Mystère de l'instant aparece el «hexacordo Sacher»: seis notas que corresponden cada una a una letra del nombre del mecenas detrás de numerosos hitos en el arte durante el siglo XX, Paul Sacher, a quien Dutilleux dedicara esta pieza.