Orfeo y Eurídice marca el punto de partida de la reforma dramático-lírica de Gluck. Acabada la dictadura de los cantantes, lo que cuenta en lo sucesivo es la continuidad de la acción en la orquesta. La «Danza de las furias» cierra el primer cuadro en el que Orfeo logra por fin apaciguar a los habitantes de los infiernos. Su ritmo marcado contrasta de maravilla con «El ballet de las sombras felices», que abre el siguiente cuadro.
Leer másEuropakonzert 2003, Lisboa
Festival de Verbier 2008