Uno de los más grandes compositores de la segunda mitad del siglo XX es sin duda Krzysztof Penderecki (1933 – 2020) de quien, para la edición 2017 del Festival de Praga, se interpreta en el concierto de clausura su monumental Sinfonía n.° 7, «Las Siete Puertas de Jerusalén», para solistas, coro y orquesta. Escrita en 1996, para conmemorar el tercer milenio de la ciudad, la obra incorpora extractos del libro de los Salmos y del Antiguo Testamento, y fue originalmente concebida como un oratorio, antes de ser reconceptualizada por el autor como una sinfonía.
Un representante indispensable de la escuela polaca de composición —y una de las figuras más celebradas en la música contemporánea hasta su muerte en 2020—, Penderecki resume su propia filosofía así: «Hay que absorber absolutamente todo lo que ha ocurrido en la música». Pero antes de que el mismo Penderecki dirija su obra maestra, este impresionante concierto abre con una animada pieza de otra de las figuras más relevantes del siglo XX, el director y compositor neoclásico checo Iša Krejcí, cuya Serenata para orquesta (con reminiscencias stravinskianas) dirige aquí Maciej Tworek al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Praga.
