Enero de 1896: el propio Antonín Dvořák dirige en el Rudolfinum de Praga el primer concierto de la Filarmónica Checa. Más de cien años después, se comprueba que algunas tradiciones siguen más vivas que nunca, con la orquesta celebrando el inicio de su temporada desde la misma sala y con un programa dedicado por completo totalmente al compositor bohemio. El concierto, dirigido por Semyon Bychkov, comienza con la encantadora obertura En el reino de la naturaleza, seguida del sublime Concierto para violín en la menor, escrito durante el periodo eslavo de Dvořák (en el que el compositor va más allá de la tradición germánica y comienza a incorporar elementos de músicas folclóricas para conformar un estilo distintivo), aquí interpretado en su parte solista por Augustin Hadelich, uno de los virtuosos más solicitados de la actualidad. Para terminar en una nota triunfal, orquesta y director ofrecen la Sinfonía n.° 8 en sol mayor, cuya fanfarria en el último movimiento fue evocada así por el legendario director checo, Rafael Kubelik: «En Bohemia, las trompetas no llaman nunca a la batalla, ¡siempre llaman a la danza!».
Fotgrafía: Semyon Bychkov © Petra Hajská
Orquesta Filarmónica Checa: Concierto en conmem...