La música de Dmitri Shostakóvich ocupa un lugar crucial en la historia de la música rusa del siglo XX. Escrito en medio del terror del régimen soviético, el Concierto para violín n.° 1 permaneció escondido durante años. La Décima Sinfonía, por su parte, fue escrita luego de la muerte de Stalin, siendo su segundo movimiento un retrato musical del dictador y la obra, un recorrido por un camino de terror irremediable y violencia desenfrenada. Su lento final remite a la desolación de los prisioneros del Gulag. Al contrario que la Novena, fresca y vigorosa, la Décima está teñida de desesperanza y es decididamente trágica.
Condecorada con la Orden del Imperio Británico en 2019 y designada como «Mejor artista clásica» por los Global Awards el mismo año, Nicola Benedetti aborda con fiereza el que es uno de los conciertos para violín más endemoniados y hermosos del repertorio. Bajo la batuta de Gianandrea Noseda, la Orquesta Sinfónica de Londres da vida a la efervescencia del genio musical del compositor bajo el zhdánovismo.
London Symphony Orchestra