Con diez minutos de merecidas ovaciones de pie, flores en el escenario y aclamaciones desde todos los rincones de la sala, sir Simon Rattle debuta en 2002 como el nuevo director de la Filarmónica de Berlín con esta Gala de Año Nuevo.
Como seguiría haciendo constantemente durante su paso por la prestigiosa formación, Rattle encuentra aquí la manera de conjuntar tradición e innovación con perfecta armonía, poniendo la Quinta Sinfonía de Mahler en yuxtaposición con una obra contemporánea del entonces joven Thomas Adès (1971), un talento al que el director voltearía a ver con regularidad, y quien se convertiría en uno de los compositores más aclamados del siglo XXI.
Al final de la Quinta de Mahler el público estalla en aplausos, llamando al director cinco veces a escena para reconocerle una prestación memorable, impecable en lo tímbrico, sólida en lo estructural y de una inusitada concreción, en apariencia fácil de lograr. Este será el sello de una de las colaboraciones entre orquesta y director más fructíferas en la historia de la música clásica: 16 años de un capítulo notable que se comenzó a escribir con este fantástico concierto.