«Es una cuestión de identidad. La Filarmónica Checa tiene su propia tradición, en cuanto a cómo tocan los músicos, en cuanto a cómo deben sonar...» — Semyon Bychkov. Luego de haber sido director de la Orquesta de la WDR (Colonia, Alemania) hasta 2010, el notable director soviético, naturalizado norteamericano, sube al podio de la Filarmónica Checa en 2013 como director invitado; en 2018, los propios músicos de la orquesta lo solicitan como su director titular.
En este evento en conmemoración del Centésimo Aniversario de la creación de Checoslovaquia (1918-1992), la formación presenta un concierto con obras en torno a la cuestión de un «estilo nacional». Así, inicia el programa con la obertura de La novia vendida de Bedřich Smetana, considerada como una contribución indispensable en el desarrollo de un género operístico específicamente checo. Frenético, el Doble concierto para cuerdas, piano y timbales de Bohuslav Martinů oscila a continuación entre el folclor de su país y el concerto grosso italiano del siglo XVIII. Finalmente, inspirada por las peculiaridades rítmicas de la música norteamericana, la Sinfonía «desde el Nuevo Mundo» de Antonín Dvořák va aún más lejos sobre el quid en torno a una música nacionalista que conecta los dos continentes en cuestión.
