Dietrich Fischer-Dieskau ha marcado la panorama musical internacional desde sus inicios en 1947, con la grabación del Schwanengesang y del Winterreise de Schubert para la radio del Sector Americano de Berlín. Ha tocado en todos los escenarios, con los más grandes intérpretes y bajo la dirección de los más grandes directores (Wilhelm Fürtwangler ejerció una profunda influencia en el joven músico en la década de 1950). Prueba de su éxito, Dietrich Fischer-Dieskau es el cantante más grabado en el siglo XX...
Pero esta carrera excepcional no puede en sí misma resumir la personalidad excepcional del barítono berlinés. Dietrich Fischer-Dieskau tuvo un conocimiento exhaustivo del Lied, género por el que sentía un apego particular, un género que, según el músico, «obliga a sumergirse en el corazón de la poesía, situar los textos en un baño cultural». También fue pedagogo, musicólogo, director y pintor. Pero siempre ejerció todas estas profesiones con una admirable humildad. Como lo resume Dietrich Fischer-Dieskau: «Lo importante es descubrir música a través de músicos, y no a los músicos a través de la música».