A finales de los años setenta, Marion Ballester, una niña que corría por el campo cerca de su pueblo, acompaña a su madre a una clase de gimnasia antes de asistir a su primera clase de danza… En 1984, Brahim Bouchelaghem, que vive en Roubaix, descubre el programa HIP HOP difundido en TF1. En 1990, Allister Madin vive en el País Vasco, copia todos los gestos de su hermana inscrita en un curso de danza y llama la atención la profesora de danza que anima a su madre a inscribirlo.
La diversidad estética de este arte no prohíbe ninguna mezcla y ninguna compartimentación puede resistir al tiempo. Bailar es abrirse, aventurarse hacia el futuro, llevando consigo su pasado.
Fotografía: Brahim Bouchelaghem