Sumergirse en el patrimonio insondable de la música barroca para recuperar las gemas compuestas por Händel, Vivaldi, Rameau y otros muchos, arias que pueden ser poco conocidas pero, perfectamente, incrustadas en este pastiche moderno, la banda sonora de una trama de Shakespeare, en Inglés. Esto es lo que la Opera Metropolitana de Nueva York ha conseguido, un excelente elenco de artistas ha hecho el resto.
Plácido Domingo:
“Me entusiasmó la idea. Vamos a decir que es un papel cameo el mío. El personaje es un dios, el dios Neptuno, pero es un poco de broma, vamos a decir.”
“Después de todos los dramones que en la ópera tengo que hacer, pues, un poquito de comedia no hace mal.”
Muchos personajes salen de la Tempestad de Shakespeare, como el espíritu, Ariel, controlado por el mago Próspero.
Danielle de Niese, soprano:
“Ariel está prisionera y se ve en sus movimientos, sus piernas están como atadas, sus alas también, lo que intento hacer cuando interpreto a este personaje es mantenerlo en movimiento, como alguien que intenta liberarse, con tiento, sin llegar a conseguirlo.”
La música de Vivaldi envuelve a la perfección las emociones que destilan los personajes.
Luca Pisaroni, barítono bajo:
“El monstruoso Calibán se enamora pero se enfurece cuando descubre que todo es una ficción, está desesperado y el público siente este amor y se da cuenta de que no está solo… que alguien forma parte de su vida. Ser capaz de transmitir estos sentimientos a lo largo de dos actos es, realmente, emocionante.”
Luca Pisaroni, barítono bajo:
“En el aria cuando Sycorax, mi madre, dice: “el amor puede destrozar los corazones”. Esto me transporta a mi juventud cuando era tan desdichado a causa del rechazo de las chicas … solo el recordarlo me hizo llorar!”
Danielle de Niese, soprano:
“Al final de la obra, revestida de oro … soy libre, necesito cantar, entonar quinientos millones de notas! En los últimos segundos, Próspero le dice: “eres libre” y, es entonces, cuando rompe sus cadenas… es genial.”