Su director de orquesta desde el año 2000, Andrew Davis, nos desgrana las innovaciones musicales que esta obra maestra encierra.
Andrew Davis:
"Mozart, a lo largo de su carrera, ha escrito varios obbligato, pasajes musicales que deben ser tocados por determinados instrumentos, Clemenza contiene dos arias remarcables, "Parto, parto", interpretada por Sexto, en el primer acto, con un clarinete obbligato y, luego, el aria de Vitellia, con un pasaje obbligato para la trompa. También, hay coros magníficos en los que podemos apreciar cambios estilísticos: por ejemplo, hacia el final de la ópera percibimos un interesante ritmo sincopado que nos recuerda, al menos a mi, a Beethoven, ¿hacia dónde va?."
Sexto es, probablemente, el personaje más complejo, interpretado por la carismática mezzo-soprano estadounidense, Joyce DiDonato:
"Yo lo encuentro, inmensamente humano: increíblemente vulnerable, atormentado por la lujuria y, a la vez, el amor que siente por esa mujer. Al principio, se debate entre dos caminos: el de la lealtad y la moralidad y, por otro lado, el de la traición y el placer, el deseo por Vitellia. Al final, decide elegir la opción equivocada. Es desesperante ver como alguien se degrada, eres testigo y él, también, lo sabe pero no puede hacer nada para evitarlo."
En los años cincuenta la Ópera Lírica era conocida como "The Scala West", una cita obligada para todas las grandes cantantes de ópera, como Callas. La Opera House está incrustada bajo un rascacielos construido en 1929, un referente arquitectónico en un Chicago moderno y contemporáneo.
Andrew Davis:
"El techo es lo que más me gusta, muchas veces, cuando escucho las audiciones, me gusta retreparme y admirar el techo, independientemente de que me guste o no la cantante. Es uno de los tesoros del Art Déco. Este edificio fue construido antes de la Gran Depresión, no se ha construido algo tan fastuoso desde entonces."
Joyce DiDonato:
"Si estuviera sentado junto a Mozar, probablemente, por primera vez en mi vida, me quedaría sin habla y, todo lo que llegaría a articular sería, probablemente, un: "bueno, creo que usted es genial, simplemente es fabuloso!". Sabe, cuando lees sus cartas, te das cuenta de que su espíritu va más rápido, me conformaría con poder seguirle, simplemente. Pero si tuviera que elegir decirle algo, le diría que, pese a todos los sacrificios que tuvo que hacer y todo el sufrimiento que experimentó, obtuvo su recompensa porque él ha transformado el mundo".