En Río de Janeiro, en Brasil, el mes de febrero significa tiempo de carnaval y sobre todo, de samba. Este género musical nació aquí. Lo trajeron los esclavos africanos enriqueciendo así los ritmos locales.
El cantante y compositor brasileño Gilberto Gil explica que «la esencia de la samba es su ritmo. Por supuesto entran en juego otros elementos como la variedad melódica y temática pero el ritmo y la síncopa son los elementos principales.»
Por otro lado, Junior Schall, director de una escuela de samba, opina que «no merece la pena» vivir el carnaval brasileño «si no quieres sentirte bien y no quieres ser feliz. Porque si la samba no te aporta felicidad y buen humor, no vengas aquí.»
Y es que la fiebre de la samba contagia a todo brasileño. Eso es así por una simple cuestión cultural. «Para la sociedad brasileña, la samba es la música nacional. Y Rio de Janeiro es donde mejor se entiende este género: aquí está la samba de las escuelas, la samba de las favelas.» afirma Gilberto Gil.
En las escuelas, el carnaval dura todo el año. Allí acuden jóvenes de las favelas y profesionales, como la directora artística Rosa Magalhâes.«La escuela de samba es un lugar en el que la gente se conoce y pasa tiempo junta. Aquí no existen obligaciones económicas o sociales. Es un sitio abierto, uno no es ni rico ni pobre, ni alto ni bajo. Lo llamamos escuela pero en realidad es como un gran club,» cuenta esta amante del carnaval.
Junior Schall va incluso más allá: «Las carrozas son como hijos para nosotros. Los que bailan encima de ellas les dan vida a través de su alma, de su alegría, de su pasión. Así que nuestros ‘hijos’ se sienten queridos y mimados. Se canta y se baila todo la noche, todo toma vida.»
El carnaval es ante todo una forma de sentirse vivo, como cuenta Rosa Magalhâes: «No soy buena en baile, canto fatal y tampoco compongo… Pero sé cómo disfrutar de la vida», dice. «Yo creo que las escuelas de samba forman parte de la magia de Rio, nuestra magia. Es algo que a primera vista no se puede explicar. Hay que estar aquí para entenderlo, en el desfile: hay que escuchar, bailar samba a tu manera. No necesitas bailar bien solo expresarte a través de tu cuerpo», insiste Junior Schall.