El enorme director de orquesta Otto Klemperer nace en 1885 en Breslau, Reino de Prusia, una ciudad cargada de historia que ha sido parte de Bohemia, Hungría, Austria y Alemania; hoy la conocemos como Wrocław, Polonia. Como su ciudad de origen, Klemperer fue testigo y sujeto de intensas tribulaciones políticas, desde su huída del nazismo en 1933 hasta el clima de paranoia del macartismo que lo obligó a dejar Estados Unidos, su país de adopción, en los años 50 del siglo XX.
No exento de dolor, enfermedad y una cierta volubilidad artística, Klemperer imprimió una poderosa visión personal a cada obra que dirigió, y acostumbraba exigir largos ensayos, siempre en la búsqueda de la perfección. Pese a su aversión a la cámara, permitió al documentalista Philo Bergstein seguirlo dentro y fuera de la sala de conciertos. Y lo que se obtuvo fue un registro único del legendario director, con comentarios de él mismo, además de testimonios de amigos, familia y colegas como el compositor Ernst Bloch y Pierre Boulez. Para Bergstein, este documental es «más que un retrato de un gran director. Evoca la historia musical, cultural y política del siglo XX a través de un músico excepcional que conoció en carne propia estos acontecimientos».