La Ópera de Montecarlo ha abierto la temporada con probablemente uno de los trabajos menos conocidos de Puccini, y uno de los musicalmente más complejos.
La protagoniza la soprano estadounidense Meagan Miller, que comienza a ser una figura a nivel internacional. Su Fanciulla es una equilibrada combinación de inteligencia, romanticismo y fortaleza. Minnie ha estado viviendo en esta ciudad con todos estos hombres, todos enamorados de ella”, comenta Miller. «Y, de alguna manera, ha sido capaz de mantenerlos así sin ni siquiera tener que besarles. Es interesante, ella es muy lista…una superviviente.»
Fanciulla es una ópera muy peligrosa, se lo escucho decir a los cantantes: «Sabes, Maestro, la orquesta suena tan alto que nunca escuchas las voces,» asegura el director Pinchas Steinberg. «Es la forma en que Puccini la escribió: con los cuernos y las campanas altas para interpretar fortississimo. Por supuesto, puedo hacerlo, pero no existe cantante en el mundo que pueda moverse por encima de eso. Así que tienes que saber lo que él imaginaba y lo que en realidad debes hacer.»
«Es la primera obra hecha para el Metropolitan de Nueva York», explica Jean-Louis Grinda, director de la Ópera de Montecarlo. «Estamos en 1910, todo el mundo en Nueva York tenía algún familiar cercano o lejano, o algún compañero que había participado en la fiebre del oro, en la conquista del Oeste, y que había podido conocer este tipo de aventuras. Puccini hizo algo completamente nuevo para el Nuevo Mundo. Ofreció a Estados Unidos su primera ópera nacional, su épica nacional llevada a escena con música.»
El personaje de Minnie evoluciona a lo largo de la ópera. Se enamora de Ramírez el bandido, será besada por primera vez, se sentirá engañada por él, pero luego defenderá y salvará a su hombre echando mano de todos sus recursos. «Existe un tipo de desmesura en los personajes que encaja perfectamente conmigo…¡Yo cuando tenía cinco o seis años le decía a todo el mundo que iba a ser presidente!, recuerda Miller. «He tenido desde siempre “esa clase de sueños de grandeza. Observa tan bien a la gente, sabe que Jack Rance, el sheriff, no puede resistirse a una partida de póker… Y lo usa para tenerlo en la palma de su mano… Y ella también engaña. No le importa, hará lo que sea para sobrevivir. También hay algo de eso en mí -¡no lo de engañar!»
«La orquesta es realmente protagonista», afirma Steinberg. El mismo Puccini dijo: «Ya estoy cansado de Butterflys, Toscas y Bohemes, voy a tomar un camino diferente. Es realmente una pieza sinfónica con voces. Yo, personalmente, creo que es la obra maestra de Puccini.»