Ferrando y Guglielmo desean comprobar que sus prometidas, las hermanas Dorabella y Fiordiligi, nunca serián capaces de traicionar su amor. Por sugerencia de Don Alfonso, el filósofo cínico, quien afirma que todas las mujeres son «así» (così), se embarcan en una peligrosa apuesta y simulan partir a la guerra para después volver disfrazados de extranjeros y seducir a las hermanas para poner a prueba su fidelidad. Las jóvenes muchachas intentan sobreponerse al dolor de su marcha, pero Despina, cómplice de Don Alfonso, las incita a disfrutar de su recuperada soltería con otros hombres y, cediendo a los avances de los seductores, las dos hermanas confiesan la atracción que sienten por ellos. Para gran desesperación de Ferrando, su prometida cae poco a poco en los brazos de Guglielmo, mientras que Fiordiligi permanece fiel…
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