Natalie Dessay canta en la Ópera de París uno de los papeles más hermosos del Romanticismo italiano.
Encarna a la modesta y encantadora Amina, esta sonámbula que se escapa de su habitación y se vuelve otra cuando cae la noche. En esta celestial partitura se sueña despierto: las líneas de canto se suspenden y el alma entera de la heroína parece que aflora; los instrumentos encuentran colores transparentes de acuarela. Pero Bellini describe un mundo muy cruel –el nuestro–, en el que la fragilidad y la dulzura tienen dificultades para hacerse oír.
Con Elena Tsallagova. Dirigido por Dennis Russe...
Orquesta Nacional de Francia ORTF, Georges Prêt...