Considerado uno de los directores de escena más famosos en la actualidad, Laurent Pelly vuelve a Lyon para una producción inédita del truculento Conde Ory de Rossini. La penúltima ópera del compositor es una erudita mezcla de lo cómico, lo trágico y los absurdo. Algunas escenas provocan incluso risa, entre bromas picarescas y comedia de costumbres. Stefano Montanari dirige a la Orquesta de la Ópera de Lyon junto a Dmitry Korchak (El conde Ory), Désirée Rancatore (la condesa Adèle) y Antoinette Dennefeld (Isolier).
En El conde Ory, Rossini remodela una música compuesta para la coronación de Carlos X, introduciendo la farsa medieval de Eugène Scribe inspirada, a su vez, en una balada de hace un siglo. Esta balada original habla de un cierto conde Ory, un «temible» amo que prefiere las conquistas románticas a las campañas militares. La reinterpretación lírica narra acontecimientos en la pequeña ciudad de Formoutiers, cuando el hermano de la condesa Adèle partió a las cruzadas a Palestina. En su ausencia, el joven conde Ory lleva a cabo su propia cruzada en el país e intenta seducir a la condesa Adèle. Determinado y muy creativo (y es poco decir), el conde se embarca en una serie de cómicas actuaciones hilarantes que hacen de esta ópera una obra de la que no nos cansamos.
Fotografía: © Bertrand Stofleth