Desde entonces, la ambición del Béjart Ballet Lausanne es doble: por supuesto, difundir el arte y el estilo de su ilustre fundador. Pero también, algo esencial para que el BBL no se convierta nunca en una compañía-museo, abrazar la creación, gracias a la intervención de varios coreógrafos invitados cada año. En 2008, el BBL creaba Aria, una obra coreografiada por el propio Gil Roman, su primera creación desde la desaparición de su maestro.

Inspirada en el mito del Minotauro, Aria es un ballet sobre la búsqueda de la unidad. «[El] mito [del Minotauro]», declara Gil Roman, «es ante todo la lucha de una única persona, representada por Teseo, y el Minotauro, que se persiguen, luchan y se destruyen. Ninguno sale vivo de esta lucha, pero renacen unidos. Al igual que este mito, la danza libre, dionisiaca corresponde a la fuerza instintiva, a la energía, y la danza clásica, apolínea, a la razón, a la construcción. Dos disciplinas que se mezclan, en el escenario, para formar solo una».

Gil Roman, que entró en los Ballets del siglo XX en 1979, es fiel a Maurice Béjart desde el principio. Su estilo rinde homenaje a Béjart, al tiempo que imprime su propia personalidad. Gil Roman fue galardono en 2005 con el Danza & Danza Award al mejor bailarín por su interpretación de Jacques Brel en el ballet Brel & Barbara, así como el Nijinsky Award del Mónaco Dance Forum en 2006.