Las 550 sonatas de Domenico Scarlatti constituyen un monumento a la literatura para teclado. Compuestas a lo largo de toda su vida, principalmente en Portugal, la mayoría de estas piezas cortas fueron creadas a título póstumo por los herederos del compositor. De forma binaria, la sonata en Scarlatti se asemeja a una suite. Se parece poco a la forma sonata que conocemos hoy en día y tal y como se definió en la época clásica. Tradicionalmente interpretadas al piano, las sonatas de Scarlatti también se interpretan en el clavecín desde la década de 1980 debido al resurgimiento de la música barroca.

En 2011, Alexandre Tharaud acaba de publicar en Virgin Classics un disco dedicado a las sonatas de Scarlatti, la crítica es unánime. Se puede leer en particular en las columnas de la revista Classica lo siguiente: «He aquí el Scarlatti más carnal, el que más se disfruta, el más epicúreo que se pueda imaginar… Con esta perfección sonora recuperada y esta libertad artística inaudita, ya tenemos aquí uno de los discos del año 2011» (Christophe Huss). De hecho, este magnífico disco le valió presumiblemente a Alexander Tharaud ser nombrado Artista instrumental del año en los premios Victoires de la Musique Classique el año siguiente.

Fotografía: © Aline Paley