La técnica y el estilo de Alexis Weissenberg tuvieron un fuerte impacto en el arte del piano en el siglo XX: en particular, sus grabaciones del repertorio ruso se convirtieron en una referencia. A pesar de no utilizar ninguna gestualidad teatral para transmitir su mensaje, Weissenberg tiene, en efecto, una presencia imponente en el escenario.
Nacido en 1929, estudia piano en Bulgaria, su país de origen, y posteriormente en Jerusalén antes de proseguir sus estudios en Nueva York. Estas imágenes, filmadas en la década de 1960, proceden de diversos archivos, y exploran un repertorio que va de Bach a Brahms y Chopin pasando por Prokófiev, Stravinski, Rajmáninov y Scriabin.
El director de la película encargó para este rodaje la fabricación de un piano especial, que debía corresponder a su visión artística. El esfuerzo mereció la pena porque la película tuvo un impacto muy importante en la carrera del pianista. Al ver esta película en 1965, Herbert von Karajan se sintió seducido por la interpretación de Weissenberg y, desde entonces, invita regularmente al pianista a tocar con la Filarmónica de Berlín.