La acogida es tibia esa noche del 22 de diciembre de 1808 en Viena donde se presenta la Sinfonía n.° 6 en fa mayor denominada Pastoral, op. 68 y creada al mismo tiempo que la Quinta. El título Pastoral se lo puso el propio compositor en el programa: «sinfonía pastoral: más bien expresión del sentimiento que pintura». La partitura llevará más tarde la inscripción «Sinfonía pastoral o Recuerdo de la vida en el campo». Pero el murmullo del agua o el canto de los pájaros reflejan en mayor medida el sentimiento de la naturaleza que la propia naturaleza. Aunque solo podemos coincidir con Bruno Walter cuando dice que «un director que no ama la naturaleza, los ríos y los pájaros no puede dirigir La Pastoral». La Pastoral, es un poco El Lago de Lamartine de Beethoven.