Daniel Barenboim interpreta obras para piano solo de Chopin con motivo del bicentenario del nacimiento del compositor polaco.
Frédéric Chopin ha dejado en el repertorio clásico un número considerable de obras maestras. Sus piezas para piano solo, en particular –que incluyen sonatas, mazurcas, valses, nocturnas, polacas, estudios, impromptus, scherzi y preludios– no han dejado de acompañar a los melómanos y a los pianistas desde sus primeras publicaciones en la primera mitad del siglo XIX.
Uno de los rasgos característicos del estilo de Chopin es el extremo sweet de sus líneas melódicas que dan testimonio de la influencia ejercida por la tradición vocal del bel canto en el compositor polaco. Indisolublemente vinculado a la ópera italiana, el bel canto es, en efecto, un estilo que se caracteriza por la suavidad de las melodías y una técnica delicada de ornamentación musical. Chopin consiguió, como nadie más, trasponer al piano estas características, confiriendo así a sus obras un color y un tono inimitables.
El gran pianista Daniel Barenboim interpreta aquí varias obras de Chopin para piano solo con motivo de las celebraciones organizadas en Varsovia para conmemorar el bicentenario del nacimiento del compositor polaco. El programa incluye: La Fantasía en fa menor, op. 49, la Nocturna en re bemol mayor, op. 27/2, la Sonata n.° 2 en si bemol menor, op. 35, la Barcarola en fa sostenido mayor, op. 60, el Vals en fa mayor, op. 34 n.° 3, el Vals en la menor op. 34 n.° 2, el Vals en do sostenido menor op. 64 n.° 2, la Berceuse en re bemol mayor op. 57 y la Polonesa en la bemol mayor op. 53.
