Los primeros años en el Covent Garden no fueron fáciles para Solti, que tuvo que enfrentarse a la hostilidad permanente de la prensa, reprochándole las críticas su exceso de energía nerviosa, con sus rápidos tempi, sus dinámicas extremas y la precisión obsesiva de su articulación. La virulencia de los ataques de la crítica solo se redujo al cabo de tres años. De hecho, lo que jugaba a favor de Solti era su innegable voluntad de elevar el nivel de interpretación, especialmente desde el punto de vista de los criterios orquestales. Es totalmente el Solti de esa época el que reconocemos en su lectura de la Obertura de El holandés errante de Wagner, grabada para la televisión en 1963. Se hace hincapié en la claridad de la articulación –por ejemplo, con los dibujos de cuerdas iniciales que representan el mar desatado–, los ritmos tensos –como en las llamadas de corno francés que describen el buque espectral del holandés errante-, y los paroxismos de las dinámicas –con unos crescendos que van del pianissimo más suave al fortissimo más ensordecedor–.
A mediados de los años 1960, las magníficas interpretaciones integrales de Sigfrido y Götterdämmerung realizadas por Solti para Decca habían consolidado plenamente su reputación de wagneriano. A principios de 1965, inició en el Covent Garden una serie de nuevas producciones de óperas de Richard Strauss. La diferencia entre el Solti de 1964 y el de 1967 salta a la vista en su magistral interpretación del Don Juan de Strauss con la Orquesta del Covent Garden retransmitida ese año para la televisión. Por muy magnífico que haya estado Solti en Wagner, probablemente sea en Strauss donde brilla por encima de todo. Aquí, a su búsqueda de la excelencia técnica responde a una apreciación aparentemente nueva y tolerante de la naturaleza expresiva de esta música. Es sin duda el Solti que dominó el panorama musical internacional del último cuarto del siglo XX, del mismo modo que Herbert von Karajan.
En 1985, año de la grabación para televisión de la Quinta de Beethoven con la Orquesta Sinfónica de la BBC en el Royal Albert Hall, hacía diecisiete años que Solti era primer director de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Solti ya no tenía rivales, ni en concierto ni en disco. Aunque tenía setenta y tres años en el momento de esta grabación, gran parte de su fogosidad permanecía intacta, con su constante preocupación por la tensión rítmica, la potencia de los contrastes dinámicos y su sentido teatral indisociable de sus interpretaciones. A través de este vídeo histórico, todo el mundo puede ver y escuchar hasta qué punto ese estilo era eficaz en directo y constituye un tributo perfecto a un director de orquesta legendario.
© David Patmore (extractos) / ICA