Renano, católico y procedente de la burguesía media, Günter Wand sentía por la música un entusiasmo, un talento y una ambición que eran evidentes desde su juventud.
A principios de los años 1980, Wand fue nombrado director titular de la orquesta de la NDR (Radio de Hamburgo) y principal invitado de la BBC Symphony Orchestra. En aquella época no era muy conocido en Londres, pero sus conciertos con la Orquesta de la BBC, en particular en los Proms, no tardaron en adquirir un estatus legendario y, gracias a su brillantez técnica y a su profunda musicalidad, Günter Wand terminó granjeándose en los años ochenta y noventa la admiración que siempre había merecido.
© Michael McManus
Este concierto inauguró la última semana de los Proms 1990. En aquella época, Wand tenía 78 años y terminó por ser considerado (tardíamente) uno de los grandes directores de orquesta del mundo. Su concepto de los tempi era de una simplicidad engañosa. A veces recurría al rubato, pero con mucha precaución, y no daba por sentado que cada movimiento de una sinfonía de Bruckner tiene una sola pulsación de base. Aquí nos llama la atención por la total ausencia de actitud demostrativa y por su gran economía de gestos.
