Algunos pianistas también son directores de orquesta, y algunos directores de orquesta dirigen desde el violín; pero una soprano que dirige un conjunto cantando las arias más demandantes del repertorio es algo totalmente inédito. Barbara Hannigan ha revelado esta notable habilidad al frente de importantes orquestas como la Filarmónica de Berlín y la Accademia Di Santa Cecilia, y declara: «Nunca he tenido miedo, pero, ahora que dirijo así, por fin siento que he encontrado mi camino. Piso nieve virgen, el camino no está trazado todavía...»

Aquí, la soprano interpreta de forma impactante los Mystères du Macabre (Misterios del Macabro) de György Ligeti (1923–2006), tres momentos de su ópera Le Grand Macabre. Además: otras tres arias de Mozart, un repertorio perfectamente apto para el rango vocal y el temperamento de la canadiense, y —en el terreno instrumental— ritmo y color en caleidoscopio con obras maestras de Rossini, Ligeti mismo, y Fauré.