Con motivo del 90 cumpleaños de Pierre Boulez en 2010, se grabó un concierto homenaje con la Orquesta de París y el Ensemble intercontemporain que dirigió durante mucho tiempo. En este segundo programa, Boulez reflexiona sobre los jóvenes compositores de la generación del 45, que desean «tomar posesión del mundo musical», en particular las figuras simbólicas que fueron Stockhausen, Ligeti, Kurtág y más recientemente Dalbavie.
En la raíz de esta música profundamente marcada por las dificultades de la posguerra, debido a su dispersión, Boulez ve, a pesar de todo, la apertura a las demás culturas, la «persistencia en el descubrimiento», a partir de las cuales los compositores hacen evolucionar la polifonía y las formas rítmicas. En Stockhausen, detecta ese «estado de crisis permanente» que lo lleva a entregarse en cuerpo y alma a su música; en Ligeti, los grandes intervalos disociados marcan la evolución de su música; en Kurtag, el cuerpo sonoro es fuerte y da toda su potencia a su obra; en Dalbavie, observa una completa reescritura espacial que confiere más fuerza a la interpretación de los grupos de músicos. Boulez también destaca sus propias Notaciones para analizar la evolución de su inspiración, del nacimiento de sus ideas a su maduración unas décadas más tarde.