En julio de 2007 comenzamos nuestra colaboración con el Verbier Festival. Iniciamos entonces una serie de grabaciones extraordinarias con los mejores artistas de nuestro tiempo. Entre ellos cabe destacar un momento de gracia en compañía de Renaud Capuçon y Elena Bashkirova que interpretan tres sonatas capitales del repertorio para violín y piano.
Aquí, Ravel abre el concierto con su Sonata para violín y piano, publicada a título póstumo, a años luz de la famosa Sonata en sol y de su «Blues». A continuación, templo del refinamiento beethoveniano surge la Quinta Sonata titulada «La primavera», compuesta en 1801. Por último, Janácek con su única Sonata para violín y piano acabada (las dos primeras no pasaron de esbozos), de 1922, es decir, un perfecto broche eslavo para la obra de Ravel. Melodías populares y climas misteriosos se encadenan en cuatro movimientos que recuerdan en muchos sentidos a las mejores páginas de la ópera Katja Kabanova.