Valery Gergiev y la Sinfónica de Londres se reencuentran para un concierto Romántico y posromántico donde la sinfonía es la gran protagonista. Uno de los compositores polacos más importantes de la Historia de la música es, junto con Chopin, Karol Szymanowski, cuya música comienza a ser bien recibida fuera de su país justamente a partir del estreno en Berlín y Viena de su Segunda Sinfonía, escrita en 1910.
La obra, influenciada por Scriabin, R. Strauss y Mahler, contrasta por su forma atípica (tiene solamente dos movimientos) con otra incluida en el programa: la Segunda de Brahms (sencillamente, un arquetipo de la gran sinfonía romántica en cuatro movimientos). Al mismo tiempo, coincide con ella en el uso de la melodía como principal medio expresivo, en el primer movimiento, así como en el despliegue y desarrollo de recursos formales como la variación y la fuga en el segundo. En palabras del propio compositor: «Hace mucho tiempo que algo me agrada tanto como esta sinfonía. Es como si pequeño compartimentos con nueva música se hubieran abierto dentro de mí, pero para nada en el sentido ultramoderno; al contrario: podría decirse que se trata en cierto modo de "Zopf-Musik" ("música regresiva")». Abre este programa la Obertura Trágica de Brahms, intensa, casi agreste, salvaje: un ejemplo del temperamento septentrional del compositor.