Menuhin en estado de gracia ilumina a Beethoven y Bach.
Desde los ocho años, Yehudi Menuhin suplicaba a su profesor Louis Persinger que trabajara con él el Concierto para violín en re mayor de Beethoven, mismo que ofrece esta tarde de 1962 en el International Concert Hall, con la London Symphony Orchestra, dirigida por sir Colin Davis.
Con esta obra tiende la mano en 1947 a una Alemania deshecha, encarnada por Furtwängler, de nuevo instalado en el atril de la Orquesta Filarmónica de Berlín. El choque es tan grande para Menuhin que casi renuncia a tocarlo con otro director. Por suerte, no mantiene su palabra y no lo graba menos de cuatro veces.
Nacido en 1916 en Nueva York, Yehudi Menuhin fue sin duda «el más prodigio de los niños prodigio». El Mozart del violín quema todas las etapas: a sus trece años, toca con la Orquesta Filarmónica de Berlín bajo la dirección de Bruno Walter. Y desde sus primeros golpes de arco, Bach es la tierra que no dejó nunca de trabajar: no pasa ni un día en que no practique con las Sonatas y Partitas. Bajo sus dedos, Bach revela, más allá de la simple belleza sonora, un formidable mensaje de amor como el que ofrece con el preludio de la Tercera Partita, con motivo de una gala de Unicef en Lausana en 1970.
Archivos:
- Yehudi Menuhin interpretando a Beethoven: Archivo BBC, International Concert Hall, 24 de abril de 1962;
- Yehudi Menuhin interpretando a Bach, Archivo INA, Gala de UNICEF, 21 de noviembre de 1970.
