La trágica ópera de Verdi ilustra la fuerza de las pasiones humanas; según Maestro Riccardo Chailly, se trata de la «ópera más negra jamás escrita».
Para establecer un tratado de paz entre Francia y España, Don Carlos, Infante de España debe casarse con Isabel de Valois, hija de Enrique II. Se enamoran en su primer encuentro en el bosque de Fontainebleau. Por razones políticas, se acuerda que la princesa francesa se casará finalmente con el padre de Carlos, Felipe II, hijo del Emperador Carlos V y rey de España.
Las tensiones políticas desarrollan en paralelo a una historia de amor imposible. Flandes es víctima de persecuciones religiosas por parte de la autoridad católica española y reivindica su independencia. Don Carlos toma partido contra el fanatismo religioso de su padre. Esta rivalidad padre-hijo que culmina en un duelo llevará a los protagonistas a su pérdida.
Rolando Villazón encarna al joven príncipe que se rebela contra la autoridad familiar y política del padre. La iconografía cristiana está muy presente en el escenario, lo que sitúa a la ópera en el contexto religioso de la España del siglo XVI. La cruz es el símbolo del «poder del padre sobre su hijo», tema principal de la ópera según Willy Decker.