En 1920, se celebró en Ámsterdam el primer festival Mahler para conmemorar los veinticinco años de Willem Mengelberg al frente de la Orquesta del Concertgebouw. Durante dieciséis días, Ámsterdam se hizo eco del acento de las sinfonías y los ciclos vocales del compositor vienés, interpretados en su totalidad por el Concertgebouw. Sesenta y cinco años después, tuvo lugar otro festival Mahler, esta vez con las tres orquestas que el compositor había dirigido: las orquestas filarmónicas de Berlín, Viena y la Concertgebouw.

Claudio Abbado, Riccardo Muti, Riccardo Chailly, Simon Rattle y Bernard Haitink, los directores de orquesta que participaron en esta aventura, confían a la cámara de Franck Scheffer su amor por Mahler. Vemos cómo trabajan incansablemente con sus orquestas y cuentan con mucha libertad los fuertes vínculos que mantienen con la música de Mahler, la mayoría desde su infancia.

Estas lecciones de dirección de orquesta con los más grandes directores que cabe imaginar reunidos en una misma película son también lecciones de música que ilustran magníficamente la complejidad del gesto mahleriano.