En la última sinfonía acabada de Gustav Mahler, Claudio Abbado despliega todo su arte. Más que un gusto o una afinidad, Gustav Mahler está en el centro de la vida de músico de Claudio Abbado. Elige debutar, con treinta y dos años, con la Segunda Sinfonía de Mahler ante la Wiener Philharmoniker. La orquesta juvenil que fundó en 1986 lleva el nombre de Gustav Mahler. Posteriormente, Abbado no dejó de exhalar la compleja belleza de las sinfonías del compositor vienés en todos los escenarios del mundo.

Esta noche de abril de 2004 en la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, dirige precisamente a la Orquesta Juvenil Gustav Mahler en la última sinfonía acabada de Mahler, la Novena. Compuesta en 1909, fue creada en 1912 por Bruno Walter, que era un amigo cercano del compositor y al que Abbado escuchó dirigir en Viena. Transcurrirá un momento largo antes de que un aplauso perturbe ese momento de gracia ofrecido por un director de orquesta transfigurado por el alcance de la obra...