Sus manos producen tanta magia que casi no parece de este planeta. Yuja Wang está en lo más alto del mundo de las blancas y las negras. Hemos hablado con esta pianista china en Chicago en el momento en que emociona al mundo con un recital de Prokofiev.
“Puedo sentir su fantasma. Lo que quiero decir es que le siento muy cerca de mi. Era un poco más mayor que yo pero tenía gafas, parecía un ratón de biblioteca, un ruso grande”, dice Wang. A finales de 1921, el joven compositor y pianista ruso Sergei Prokofiev se subió al escenario con la Orquesta Sinfónica de Chicago para estrenar su concierto para piano número 3. Una pieza compuesta ese verano en la Bretaña francesa. 92 años después, Yuja Wang se sienta en el mismo sitio que el maestro ruso para tocar las mismas partituras con la prestigiosa orquesta dirigida por Sakari Oramo.“Vine a la biblioteca de aquí y encontré todos los archivos, las fotos, todo. Tenían una lista enorme con todos los pianistas que han tocado el concierto y yo soy la última en hacerlo”.
Yuja Wang es reconocida mundialmente por su virtuosismo y por su delicada forma de acariciar las teclas. Con tan solo 26 años ha recorrido los mejores escenarios del mundo. “Yo he cambiado. Ahora estoy más acostumbrada a la carretera. Creo que he madurado. Sé lo que tengo que hacer en cada lugar y en cada momento. Estoy leyendo constantemente para enriquecerme con conocimientos y siempre con sentido común”, añade la pianista.“Junto antes de subir a escena me pongo bastante nerviosa porque hay muchas cosas a tener en cuenta. Tengo que estar concentrada en todo momento”.
Prokofiev es uno de los compositores favoritos de Yuja Wang. Según sus palabras, la música del ruso es simple y llanamente rock & roll. “Es tan bonita y tan dinámica, tan joven, provocativa y sarcástica. Tiene sabor, es picante. Es perfecta para llevar el pelo de punta y zapatos de tacón de aguja. Creo que cada momento es muy intenso. Ahora que lo he tocado tantas veces sé que intensidad quiero conseguir. Y cambio cada compás. Lo que quiero decir es que al final es como una especie de caleidoscopio”, concluye Wang
Agradecimientos: Rosenthal Archives of the Chicago Symphony Orchestra por sus imágenes.
Extractos musicales: Sergei Prokofiev. Piano Concerto No. 3 in C Major, Op. 26
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