“Steps” es un prestigioso festival de danza contemporánea que se celebra en Zúrich. Este año está en cartelera la bailarina francesa Sylvie Guillem con el espectáculo “6000 Miles Away”. “Bye es una especie de adiós a la infancia, a un tipo de carrera, a la mujer que he sido y que ya no soy. Todos los días decimos adiós a alguna cosa para pasar otra, es una evolución y se hace pasando muchas páginas.”
“Los años pasan pero tengo la impresión de ser una adolescente. Estaría cómoda en el instituto con chicas de quince años. Tengo la impresión de no haber crecido en ese sentido. Creo que esa niña está siempre ahí.”
Sylvie Guillem es además una artista comprometida. Colabora con una ONG que trabaja por el cuidado de los mares. “Siempre me ha atraído la gente apasionada. La gente apasionada me transmite alegría. Y en Sea Shepherd hay gente así. Otros me dicen: “¿por qué te preocupas por los peces?” ¡Pero las ballenas no son peces! Se trata de un órgano vital, el mar, los océanos, y hay gente a la que no le importa.”
Un compromiso acorde con su sensibilidad artística. “Cuando te subes al escenario estás viviendo el presente. Pero es un presente que tiene otra dimensión, es extraordinario. Cuando te subes al escenario te sales de lo ordinario. El tiempo se para, y es un presente maravilloso.”
“Solía ignorar las señales de mi cuerpo, es uno de los privilegios de ser joven. Después, a partir de cierto momento, empezó a quejarse. De repente me di cuenta de que el cuerpo puede ser muy frágil, y necesita atención, y tenía que cambiar. Así que cambié. Cambié la forma de ver las cosas, mi método de trabajo. Cambié todo eso. Pero también cambié mi forma de verlo: creía que era invulnerable. Ahora me siento vulnerable.”
Una carrera de éxito, fama mundial, respetada por la profesión… El final no es un tabú para Sylvie Guillem. Y después, ¿qué? “Llevo mucho tiempo haciendo lo mismo, y sé que el precio a pagar es alto. Es cierto que de vez en cuando me digo a mi misma: “no estará mal cuando se acabe”. Aunque no quiero que termine, especialmente cuando lo estoy disfrutando mucho. El balance es positivo todavía, el final no está en mis planes por ahora. Pero ha estado rondando en mi cabeza desde hace timepo, y tengo que admitir que de vez en cuando sueño con ser jardinera.”
En esta edición de Música puede escuchar fragmentos de la Sonata para Piano Op. 111 (arietta) de Ludwig van Beethoven. En Rearry la música es de David Morrow.