Esta es una mirada privilegiada a la vida y a la carrera de uno de los gigantes del violín del siglo XX: Yehudi Menuhin. Dirigido por Claude Ventura, el documental revela a Menuhin en sus facetas como un solista y director —un rol poco conocido— como un artista movido por el espíritu de colaboración y una energía creativa inusitada. La palabra y la música dialogan en una inteligente sucesión de ensayos, entrevistas y conciertos en público.

«Mientras más vives, más entiendes lo que significan las notas», declara el virtuoso dedicatario de la última obra completada por Béla Bartók: su Sonata para violín solo. Junto con Mozart, y algunos otros compositores, Bartók ocupa un lugar importante en la vida y el arte de Menuhin, quien creía en el vínculo sagrado entre el compositor y el intérprete, creado y mantenido por el instinto, la sutileza, la sensibilidad y la voluntad de compartir y de colaborar.