En 1969 Nina Simone estaba en el punto máximo de sus capacidades artísticas. El movimiento por los derechos civiles estaba también en pleno apogeo, y su voz se sumó a la lucha —de forma a partir de entonces indisoluble— con su obra maestra de 1964 «Mississippi Goddam». Sin embargo, al tiempo que su activismo político se acrecentaba, su música comenzó a cederle a este un lugar primordial, mientras Nina se involucraba cada vez más con el discurso revolucionario de Malcolm X, alejándose de la resistencia pacífica de Martin Luther King, al que sin embargo respetaba enormemente. En 1967, dos años antes de la captación de este increíble concierto, Nina Simone graba la que sería una de sus canciones más representativas: «I Wish I Knew How It Would Feel To Be Free», originalmente de Billy Taylor, en su album Silk and Soul.
La segunda parte de este concierto único captado en el Olympia de París comienza con una interpretación conmovedora y auténtica de «The Other Woman», de Jessie Mae Robinson, cargada de una profunda tristeza, e incluida en su album debut de 1959 Nina Simone at Town Hall. Sigue una bellísima versión de la famosa «To Love Somebody», con la presencia de dos fantásticas coristas. En este punto, los músicos acompañantes pueden permitirse una mayor soltura, acercándose de hecho al rock como a ciertos acentos R&B.
Tanto en momentos más introspectivos como alegres, Nina Simone se muestra tan cautivadora como es posible, borrando toda duda sobre el por qué es de las mejores artistas escénicas que ha habido, en canciones como «Four Women», así como covers de otras de la autoría de Bob Dylan y Aretha Franklin. En verdad que Nina Simone solo hay una.