Bajo la dirección de Guillaume Tourniaire, esta tragedia de Gluck ocupa un lugar destacado en el cartel veneciano con puesta en escena y escenografía de Pier Luigi Pizzi. Estrenada el 26 de diciembre de 1767, será recibida con entusiasmo entre el público vienés. De hecho, con la publicación de la versión original (una versión francesa saldrá 10 años más tarde), Gluck articula los principios de su campaña destinada a reformar la ópera italiana: «deshacerse de todos los abusos introducidos por la vanidad de los cantantes», «limitar la música a su verdadera función, evitando asfixiarla con cantidades de ornamentos superfluos»... Esta ópera trágica en tres actos con libreto de Ranieri de Calzabigi, da protagonismo aquí a Marlin Miller y a Carmela Remigio en los papeles maravillosamente sacrificiales y conmovedores de Admeto y Alcestes.
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