El libreto del poeta simbolista Saint-Pol Roux pone en escena a una costurera soñadora y sensible dividida entre su familia y su amor por su vecino Julien, un poeta. Cuando Louise alcanza la felicidad con él, en contra no obstante de sus padres, canta la célebre aria del acto III: «Depuis le jour où je me suis donnée, toute fleurie semble ma destinée...» («Desde que me entregué a ti, mi destino parece totalmente adornando de flores...»). Esta «novela musical» de Gustave Charpentier abreva a la vez de Wagner y de Massenet: del primero por el uso de motivos conductores (melodías o sonidos que refieren a algún personaje, objeto o acontecimiento); y del segundo por el hecho de dar voz en su argumento a la gente común.
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