Ravel escribe La hora española en homenaje a su padre, quien siempre lo había apoyado en su carrera musical. Si el compositor ya había compuesto varias obras exitosas, todavía no había escrito ninguna ópera, género que su padre apreciaba especialmente. Pero La hora española no tuvo la aceptación esperada, e incluso fue muy criticada por su carácter audaz. Hubo que esperar tres años antes de que la ópera se representara de nuevo, con mucho más éxito, pero el padre de Ravel había fallecido entretanto.
Concepción es una mujer española que encadena amantes mientras su marido relojero, Torquemada, está trabajando. Un día, Ramiro el muletero acude a la relojería para que le arreglen el reloj. Poco después, Concepción entra a su vez para recordar a su marido que vigile bien los relojes de la ciudad. El robusto muletero y la mujer del relojero se quedan a solas. Concepción recuerda que todavía tiene que subir el reloj a su habitación. Ramiro accede a ayudarla y sube el reloj al piso. En el momento en el que abandona la habitación, Gonzalve, el primer amante de Concepción, entra en la tienda. Concepción lo oculta de Ramiro empujándolo dentro de otro reloj. Al mismo tiempo, su segundo amante, el banquero Don Íñigo, pasa por la tienda y se oculta en el primer reloj para darle una sorpresa a Concepción…
Fotografía: © Simon Annand