Marcada por la vida y muerte de su protagonista —como Carmen o Turandot— Madama Butterfly exacerba los abismos culturales y geográficos que, al mismo tiempo, sometieron a mujeres esclavizadas por la fascinación por el hombre blanco, un tema recurrente en el arte durante la primera mitad del siglo XX. Como muchos compositores, Puccini se deja cautivar por la fantasía de lugares lejanos y los pone en música, aún más profundamente que sus contemporáneos, pues, al argumento trágico de la joven traicionada y olvidada por un militar norteamericano, el compositor integra una partitura intensa anclada en la escala pentatónica, un referente sonoro de la música japonesa. El resultado, no obstante, en una partitura hiperromántica que describe un Lejano Oriente de ensueño que representará el complejo universo emocional interior de la protagonista.
En esta poderosa producción de la Royal Opera House, el dúo Leiser-Caurier compone una puesta de cierta pureza teatral sostenida por un elenco excepcional encabezado por Ermonela Jaho quien, según The Financial Times, «es irresistible, entregando cuerpo y alma en su canto». Antonio Pappano, celebrado experto pucciniano, dirige a la orquesta y cantantes en esta captación referencial de uno de los mayores dramas escénicos en la historia de la humanidad.
