Desde su estreno en el Theater auf der Wieden, esta obra maestra ha fascinado a multitudes y élites por su música, sus personajes y sus simbolismos. Goethe declararía, por ejemplo, que solo esta podría haber acompañado a su Fausto. Términos como «operetta alemana», «ópera mágica» y «música masónica», entre otros, han querido definir una pieza dramática cuyo libreto (de Emanuel Schikaneder) se acerca más bien a lo filosófico, con geniales toques de comedia, y cuya música condensa estilo italiano, alemán e incluso algo de lo que conoceremos como vaudeville en una creación única y sin equivalentes dentro de la creación artística de la humanidad.
Fotografía © SF/Sandra Then