El camino al estrellato de Serge Lifar es un verdadero cuento de hadas: después de huir de una Ucrania en guerra a los 17 años de edad, se integró como un bailarín más a los Balets Rusos de Diaghilev; pero para la edad de 25 años era ya coreógrafo y maestro de ballet en la Ópera de París. Desde entonces, Serge Lifar fascinó al público y fue partícipe de un momento clave de la creación artística, llegando a colaborar con artistas como Picasso, Bakst, Chanel y Cocteau. Su técnica y su creatividad revolucionaron el ballet y dieron lugar a una nueva estética «neoclásica».
Los archivos de Dominique Delouche