En 2002, para el Europakonzert y su último concierto filmado como director musical de la orquesta, Claudio Abbado elige Italia, su país natal. El concierto se celebra en Palermo, en el majestuoso Teatro Massimo. En el programa, una de las obras sinfónicas predilectas del repertorio de Abbado: la Sinfonía n.° 9 «Del nuevo mundo» de Dvořák. El violinista Gil Shaham es el solista invitado de este concierto, en el Concierto para violín en re mayor de Johannes Brahms. Por último, como en un homenaje a la isla, la velada se cierra con las Vísperas sicilianas de Verdi.